TRÁNSITO PLANETARIO

Sol en Tauro

El Sol ha ingresado al signo de tierra de Tauro que está regido por el planeta Venus, el planeta que otorga placer y belleza. Su símbolo es el toro y en su aspecto más venusino encontramos la figura de la vaca. Éste animal ha sido adorado en Babilonia y también en la India. Sus patas bien plantadas en la tierra nos hablan de su conexión con la naturaleza, su cuerpo voluminoso y pesado sugieren fuerza, estabilidad, inercia y lentitud. Al ser un animal difícil de derribar se lo asocia a las ideas de resistencia y permanencia. A diferencia de Aries que implica una instancia de impulso creador, en Tauro la energía comienza a solidificarse, a volverse materia. En otras palabras, Tauro fija y estabiliza la energía que comienza en Aries.

La tierra registra un proceso lento, como la raíz que brota de una semilla para levantarse por encima del suelo y seguir creciendo hasta convertirse en una flor. Este proceso es muy conocido por las personas del campo, ellos siembran y esperan con paciencia la cosecha. Actitud que difiere mucho del estrés de una persona de ciudad. El nativo de Tauro sabe esperar, pero en ocasiones tiende a la inmovilidad propia de un signo Fijo. He ahí la resistencia y constancia de Tauro y de los demás signos querúbicos como Leo, Escorpio y Acuario. Por este motivo Tauro acumula todo, sean asuntos materiales o bien intensos vínculos emocionales (por la oposición con el signo de Escorpio). Y lo más importante, las emociones no son liberadas fácilmente, ellas se concentran al punto que los vuelve obstinados hasta el cansancio. Todo lo recuerdan, todo lo conservan.

Arquetípicamente, la figura de Adán está representada por Aries y la de Eva por Tauro. Por lo tanto, al segundo signo del zodiaco se le atribuye las cualidades de lo femenino, lo sensual y lo receptivo. No sería raro que la Luna (arquetipo de la madre y la fecundación) encuentre su máxima exaltación al transitar por esta constelación. La tierra es otro símbolo de fertilidad, fecundación, inmovilidad, pasividad e inercia. Toda esta simbología le brinda a Tauro las características de estabilidad, procesos lentos, además de disfrute, goce y una fuerte atracción por los bienes materiales y el dinero. El guerrero de Aries reposa en las tierras de Tauro y se alimenta de ellas para recuperar las energías perdidas. Éste es un signo de reposo, de acumulación, donde la energía se fija, se concentra, se interioriza.

Aquí, el mundo es registrado a través de sensaciones corpóreas: olores, sonidos, sabores, tacto y aquello que impacta a la vista. Esta información genera una respuesta casi automática de rechazo o atracción hacia todo lo que le rodea. Es decir, si algo resulta incómodo como una conversación que no le agrade, se alejará inmediatamente. La mente nace aún en Géminis, en Tauro todo es percepción de sentidos. Necesita tocar, comer, disfrutar, sentir placer y gozar del mundo material. Venus es el planeta regente y por lo tanto aquí se encuentra mucha paz. La naturaleza del nativo es tranquila, apacible, armoniosa, físicamente atractiva y sensual.

Como todo signo de tierra, la vida no transcurre rápido. Las cosas demorarán en consolidarse y es posible que hasta se levante lento de la cama, marmoteando, estirándose y abriendo los ojos lentamente. Entre los defectos se encontrará la pereza, éste es el extremo de la inactividad que se genera. La gula, como el pecado capital al que conduce el gusto por los placeres culinarios. La avaricia como una distorsión del deseo de poseer. La obstinación como un extremo de la persistencia. El resentimiento como resultado de la incapacidad de soltar emociones, propio de un signo que tiende a la receptividad y la acumulación. Muy lento para molestarse y mucho más para olvidar y perdonar el daño hecho.

Tendrá agrado por todo lo natural, por las fibras naturales, la jardinería, la botánica. El cuidado por el medio ambiente. Gustará de los animales, visitará el campo pues necesita del contacto con la naturaleza. Le cuesta desprenderse de sus posesiones, siempre acumulará. Coleccionará de todo e invertirá en aquello que le brinde placer.

Nunca empezará algo sin estar seguro. Es más, le costará comenzar. Incluso, se le deberá empujar. Tiende a sacar cuentas primero, ver números, medir riesgos y luego de replanteárselo muchas veces, se arriesgará. Luego de iniciar, persistirá tenazmente, nada lo detendrá. Se le denomina “el sembrador del zodiaco” y sabrá esperar la cosecha, no tiene prisa. Es el signo de la tierra fértil y sabe cómo hacer dinero, es proveedor.

Tiene conexión con el arte. Muchos pintores, músicos y especialmente cantantes nacen con el Sol, planetas o ascendente Tauro. La gran Edith Piaf, cantante francesa, tiene planetas en la casa de Tauro (Casa II) y fue gracias a esta configuración que su voz trascendió hasta nuestros días. Éste signo necesita de mucho amor. Debe aprender de su signo opuesto (Escorpio) a creer que existe un mundo más allá de la materia y confiar en sus instintos.

 

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