TRÁNSITO PLANETARIO

Mercurio Retrógrado

Es el planeta más cercano al Sol y junto con la Luna (si, en astrología nuestro satélite es considerado un cuerpo planetario) y Plutón es uno los cuerpos celestes más pequeños. Su moción o movimiento es muy rápido, le da una vuelta entera al Sol en ochenta y ocho días terrestres, por lo tanto, está conectado con ideas de rapidez, movimiento y agilidad. En la mitología griega se lo relaciona con Hermes, el dios de los comerciantes, los caminos, las callejuelas, los gimnasios y también los ladrones. Hasta aquí ya tenemos cierta simbología puesta en mesa, lo que nos permitirá mezclar el puro simbolismo planetario con su actual estado cósmico.

Para entender un poco más el lenguaje astrológico y antes de entrar de lleno al tema que nos interesa, vamos a explicar brevemente qué es el estado cósmico de un planeta. Vistos desde la Tierra los planetas tienen su propia velocidad, un paso lento o uno rápido con el que a la vez ingresan a los signos del zodiaco. El tránsito de un planeta por cada signo durará un determinado período de tiempo en donde su energía se verá teñida por los colores y las cualidades del signo en cuestión. Aquí es importante aclarar algo, no todos los planetas se sienten cómodos en todos los signos del zodiaco. Por ejemplo, Venus es el planeta del amor y se siente exaltado cuando se encuentra en Piscis, un signo de compasión y amor sin límites. Marte es acción y movimiento, entre otras cosas, y se encuentra en caída en Tauro donde la energía responde de una manera lenta, pausada, casi inerte. Cuando estoy en una consulta astrológica lo explico de esta manera a mis clientes: Imagina a una persona que ama los zapatos dentro de una zapatería recibiendo un ticket por mil dólares en el calzado que quiera. Ese es un planeta en buen estado cósmico. Mientras que un planeta en mal estado cósmico imagínalo como si vivieras en la casa de tu suegra y casi tuvieras que dormir al costado de su cama.

El buen o el mal estado cósmico de un planeta lo brindará el signo en el que se encuentra y esto determina, en gran medida, la calidad de ese planeta y lo que él represente tanto en su simbolismo puro como en el accidental al representar algún aspecto particular dentro del mapa natal.

Pues bien, desde el 17 de febrero Mercurio comenzó un epiciclo, realizó un bucle en el cielo que se ha vuelto demasiado popular y que todos conocemos como período de retrogradación. El planeta aparenta retroceder desde la óptica terrestre (en realidad es una cuestión de velocidades planetarias donde la Tierra adquiere mayor rapidez) y desde la astrología árabe este fenómeno visual era tomado en cuenta a la hora de evaluar el estado cósmico de un planeta. La retrogradación corrompe el simbolismo puro del planeta y todo lo que este representa. Al hablar de Mercurio encontramos que todo lo relacionado a las comunicaciones, el comercio, los escritos, los viajes cortos, el movimiento, los correos electrónicos, los papeles y por extensión las facturas y los contratos se ven alterados, pierden fuerza, ganan energéticamente un estado de corrupción que alterará el futuro desenvolvimiento de todo lo que haya nacido en este epiciclo.

Esto quiere decir que, hasta el 9 de marzo, fecha de la segunda estación de Mercurio, que no es otra cosa descender su velocidad de retrogradación para luego paralizarse y comenzar a avanzar, no podremos confiarnos de los contratos, acuerdos, pactos, escritos y todo lo que Mercurio representa pues tendremos que asumir, al menos, futuras alteraciones de estas situaciones que nos obliguen a cambiar lo que habíamos proyectado. Es un mal momento para los comerciantes y todo lo vinculado a temas marítimos o aduaneros (el tránsito es desde el signo de Piscis que representa el mar). Es, muy particularmente, negativo para las personas que tienen el Sol en los signos de Géminis y Virgo, pues son signos regidos por Mercurio. Esto se extiende a las personas que han nacido con el ascendente en estos signos o que tengan la Luna en ellos o bien a Mercurio en la Casa uno.

La retrogradación se da en el signo de Piscis. Donde Mercurio encuentra caída y destierro. Es un signo que daña y corrompe mucho la energía del planeta pues al representar este astro la inteligencia, el intelecto, la necesidad de desmenuzar la información, diseccionarla para analizar todas sus partes al mínimo detalle, en Piscis esta acción es casi imposible pues es una energía totalmente contraria a este principio haciendo que todo resulte confuso, demasiado mezclado y unificado. Solo trata de abrir las aguas del mar con tus manos y en la frustración de no lograrlo entenderás el mal estado cósmico del planeta de la razón en el signo de la imaginación. Más bien, la mente se tiñe de información subjetiva donde la realidad y la fantasía están mezcladas, la información puede venir de sueños proféticos, de inspiración, de una realidad proveniente de planos superiores donde todo resuene sin ser diferenciado.

El mal estado cósmico de Mercurio y su actual retrogradación nos habla justamente del cielo y sus condiciones siempre tan cambiantes. No todos los días son propicios para lo que queremos realizar y es bueno tantear la bóveda celeste, reconocerla y observar para empezar a danzar con ella haciendo que se sintonicen los deseos de nuestro espíritu con la influencia del universo.

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