El Sumo Sacerdote comunica los misterios de la sabiduría espiritual. Levanta la mano para pedir la palabra pues él trae el mensaje de las escrituras sagradas, con este mismo acto también bendice a los dos sacerdotes que lo escuchan muy atentamente. Ellos representan la naturaleza humana. El que está vestido con la casulla de rosas representa a las pasiones y el que tiene lirios, simboliza el estado mental.

Al igual que esta carta del Tarot, el signo de Tauro necesita mantener la paz y la armonía entre los demás. Donde hay un Tauro hay un aire de seguridad; este signo es una de las regencias de Venus, planeta que está representado por una paloma blanca, símbolo de paz. Y es que los venusinos les encanta la tranquilidad, algunos incluso, buscan la vida en el campo. Son parsimoniosos, apegados a las normas y a la familia.

La triada que tiene el Sumo Pontífice en la cabeza hace alusión a los distintos niveles de sabiduría con las que conecta. Muy arriba, asoman tres clavos haciendo referencia a la letra hebrea VAU con la que esta carta se relaciona. Un clavo une una cosa con otra y el Sumo Sacerdote está asociado con la idea de religión que quiere decir re ligare, el volver a ligarnos, a unirnos con el Creador.

Los Tauro tienden a dominar sus impulsos, no se dejan arrastras por ellos. Es por eso que parecen lentos, pues todo lo procesan en una velocidad mínima que les permite el máximo de asimilación. Esta capacidad de circunspección los lleva a interiorizar y tener contacto con sus fuerzas interiores que les dicta, muchas veces, el camino a escoger.

En su cuello podemos ver una Luna creciente de color azul. La luna tiene exaltación en Tauro. Por un lado, el Sumo Sacerdote presenta los códigos éticos y la familia. Es justamente esto último lo que sobrevalora cualquier Tauro: el bienestar de los suyos. Son muy sensibles y buscan la seguridad para disfrutar, pero también para asegurarse una vida tranquila. Les asusta la idea de carencia y no proveer a los que ama. La exaltación de la Luna en este signo y la relación que tiene este astro con esta carta del Tarot vincula la idea de pasividad, emotividad, sensibilidad e intuición que tiene todo Tauro.

El Papa rige los códigos éticos y no es raro encontrar a un Tauro entercado en determinada postura, muchas veces criticando lo que le parece que está fuera del sistema, de lo moral o de lo ético. Se ciñen mucho a lo correcto, tanto que puede juzgar con cierta dureza aquello que no entra dentro de sus fronteras morales.

Otra relación entre esta carta del Tarot y la energía de Tauro es que ambas energías arquetípicas inspiran tranquilidad, confianza y seguridad, como lo mencionamos; pero muy en el fondo, un Tauro necesita aceptación social. Buscan hacer las cosas bien, ser de utilidad y que se le reconozca esa participación. Hay una necesidad oculta de ser aceptado.

Este arcano se relaciona con la ortodoxia y a veces los Tauro tienden a seguir pautas de comportamiento fijas, sin moverse de sus ideas, en este sentido resultan tan tradicionales como los principios que promueve el Sumo Sacerdote. Como lo comentamos, la Luna se exalta en Tauro, lo que impulsa a los nacidos bajo este signo a tener fuerte arraigo con los valores familiares, dan todo por sus seres queridos, incluso pueden llevar a ser un tanto posesivos con quienes aman.

Esta carta, también llamada El Hierofante o el Papa, está relacionada con la facultad de la clariaudiencia o la capacidad de escuchar voces, en este caso, la capacidad de escuchar a la voz interior. El Hierofante es un maestro que nos revela secretos sagrados y vive dentro de nosotros; accedemos a sus mensajes a través de la intuición y del oído espiritual.

Los Tauro tiene una gran capacidad para escuchar y reflexionar pues son muy perceptivos y empáticos con el sufrimiento ajeno. Hay que recordar que Venus es el planeta de la compasión y es algo que todo Tauro tiene arraigado. Ellos son buenos consejeros, siempre apuestan por lo seguro y reflexionan con los pies bien puestos sobre el suelo y con el alma bien elevada para intuir el mensaje de lo alto y compartirlo con los seres que ama, como lo hace el Sumo Sacerdote.