Se me ocurrió mirar la carta astral de Keiko y analizar por dónde podría verse el ingreso a prisión. En direcciones simbólicas (técnica astrológica que hace mover todos los planetas de la carta astral un grado zodiacal por año de vida cumplido) encontramos que el primero de noviembre del 2018 (su primer ingreso a prisión) el Sol (la persona) por direcciones simbólicas se encontraba en asedio (posición de un planeta neutro entre dos maléficos) entre Saturno (fracaso, caída) y Venus (en este caso, este planeta rige la casa VIII de las pérdidas y se encuentra maleficiada por sendas cuadraturas a Júpiter que representa la ley, quiere decir, no le traería nada bueno) lo que daba para pensar en una fuerte caída con consecuencias legales inminentes. Todo esto en el escenario de la Casa X, al ámbito de lo púbico y del escaparate, haciendo que este suceso haya sido de interés nacional.

Podemos ver cómo el Nodo Sur (pérdidas) por direcciones simbólicas se encuentra exactamente encima de su Saturno (fracaso, caída) y en cuadratura (aspecto de fricción) a Júpiter (la ley). Y como en astrología es necesario sumar más de una configuración para hablar de un hecho concreto, continuamos: Júpiter (puede representar a su abogada) llegó a la conjunción con el Nodo Sur radical (pérdidas) en la casa VIII (más perdidas). Luego, Saturno (planeta que se encuentra asociado a su casa de la imagen y profesión) por direcciones simbólicas se encuentra en exacta cuadratura al Nodo Sur (pérdidas) y en los próximos dos años ese Saturno irá avanzando a una cuadratura exacta con el Sol (ella misma) lo que no augura soluciones a corto plazo.

En realidad, las técnicas en astrología son muchas y no hay mucho tiempo para analizarlas todas, pero solo observando un poco el cielo siempre podemos contemplar en él los sucesos terrestres. Y como se dice en el libro del Eclesiastés:

“Todo tiene su momento oportuno; hay un tiempo para todo lo que se hace bajo el cielo: Un tiempo para nacer,

Y un tiempo para morir,

Un tiempo para plantar,

Y un tiempo para cosechar,

Un tiempo para reír,

Un tiempo para llorar…”